El portavoz del Ejército, el mayor general Sylvain Ekenge, subrayó en un comunicado que los insurgentes continúan agrediendo sus posiciones, a pesar de los convenios firmados en Doha y Washington, así como los llamados al cese de las hostilidades.
Ekenge instó a los mediadores estadounidenses y qataríes a tomar medidas para poner fin a esta situación, que presiona a las Fuerzas Armadas a responder a estas provocaciones y expone a la población a los peligros de la guerra en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, refirió Radio Okapi.
La AFC/M23 ha mantenido operaciones en Masisi y Walikale y la pasada semana ocupó la primera aldea del territorio de Shabunda, en Maimingi, lo que ocasionó un desplazamiento masivo de población, con miles de personas huyendo de la zona.
El pasado 15 de noviembre la RDC y los rebeldes firmaron el Marco de Doha para el Acuerdo de Paz, bajo la mediación de Qatar, un documento que establece una hoja de ruta con varios protocolos a cumplir para llegar a un acuerdo definitivo, sobre la base de la Declaración de Principios suscrita el 19 de julio.
Este Marco de Doha, sin embargo, no es vinculante.
Tanto Gobierno como AFC/M23 igualmente rubricaron el 14 de octubre un documento para crear un mecanismo de monitoreo y verificación del alto el fuego en el este congoleño, pero los avances en la diplomacia no tienen igual expresión en el terreno.
Las acusaciones formuladas por el Ejército de RDC son las mismas que el viernes hiciera la dirección de la coalición rebelde, quienes responsabilizaron al Gobierno por una ofensiva generalizada en todos los frentes y zonas densamente pobladas.
“Estos ataques, llevados a cabo con la ayuda de aviones y drones de combate, y artillería pesada, causan la muerte de numerosos civiles y provocan desplazamientos masivos de población”, dijo el portavoz de la AFC/M23, Lawrence Kanyuka, y añadió que con estos actos Kinshasa viola abiertamente el Acuerdo Marco de Paz.
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