Italia forja su cuarto trono dorado en la Copa Davis de tenis

Bolonia, Italia, 23 nov (Prensa Latina) Italia derrotó hoy 2-0 a España en la final de la 113 Copa Davis, una batalla encendida en la SuperTennis Arena donde la anfitriona sostuvo su linaje reciente y escribió otra página de hierro.

En el primer duelo, Matteo Berrettini —el “Zíngaro” renacido— abrió el camino azul con un triunfo categórico sobre Pablo Carreño, 6-3 y 6-4.

El italiano, número 56 del mundo, impuso un servicio incandescente: 13 aces, 62 por ciento de efectividad en el primer saque y dos quiebres en siete intentos. Carreño, bronce olímpico en Tokio, jamás halló grietas en la muralla rival y navegó a contracorriente, incapaz de torcer el pulso del gladiador local.

España reaccionó como tormenta. Jaume “El Mágico” Munar, 36 del escalafón, se abalanzó sobre Flavio Cobolli con un 6-1 inicial que prometía resurrección. Pero “Cobbo” —número 22 del ranking y héroe reciente de Hamburgo— reconstruyó su temple ante el furor balear y estampó un 7-6 (7/5) y un 7-5 que desataron el rugido boloñés.

El italiano firmó cuatro puntos directos, un 59 por ciento de primeros servicios y convirtió dos de catorce oportunidades de quiebre en un acto de resistencia épica.

Este resultado selló la corona sin necesidad del dobles, y con ello Italia hilvanó su tercer título consecutivo y el cuarto de su historia en la Copa Davis, una gesta que la consolida como soberana del torneo en la última era.

Lo logró sin su astro Jannik Sinner, ausente para recuperar fuerzas tras una temporada extenuante, pero arropada por un público que convirtió cada punto en un juramento de lealtad.

España, que aspiraba a su séptima Ensaladera tras una campaña de superación pura —victorias sobre Dinamarca, República Checa y una dura Alemania de Zverev—, se estrelló ante una Italia que llegó a la final sin haber cedido un solo encuentro.

La Armada de Ferrer batalló con bravura, pero la anfitriona, fiel a su tradición de mármol, volvió a alzar la copa que desde 2023 parece estar hecha a su medida.

Así, en esta Bolonia de ladrillo rojo y memoria eterna, Italia reafirmó que la Copa Davis sigue siendo su territorio sagrado, mientras España se marcha con la frente alta, sabiendo que dejó su rastro de honor en la epopeya centenaria del tenis de naciones.

rgh/blc

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