En su casa del Paycom Center, los vigentes campeones (16-1) buscan prolongar una racha que parece escrita en piedra, para continuar afincados en la cima de una llave que dominan sin problemas en los primeros compases de la temporada.
Pero enfrente aguarda Portland (7-9), noveno del pelotón, aferrado a la memoria de un único título lejano —1977— y a la rebeldía que aún hierve en sus colores. Con Tiago Splitter en el timón interino, los Blazers vuelven al escenario donde nadie más logró lo que ellos: derrotar a Oklahoma esta campaña.
El pasado 5 de noviembre, en el Moda Center, quebraron el invicto de unos Thunder que encadenaban ocho triunfos, el mismo número que ostentan nuevamente hoy.
Esa victoria por 121-119 alimenta la fe de Portland, aunque el destino les golpea con la ausencia prolongada de su arquitecto de juego, Jrue Holiday, sexto en asistencias con 8.3 por noche.
Thunder llega con su constelación encendida: Shai Gilgeous-Alexander, tercero en puntos de toda la NBA y dueño de 6.6 asistencias por partido, encabeza un ataque que respira a la velocidad de su talento; Isaac Hartenstein, séptimo en rebotes (10.7), vigila el aire como si cada balón fuera un juramento.
Esta noche, en el corazón de Oklahoma, chocan un gigante que defiende su corona y un retador que busca reescribir su historia. El Oeste escucha y tiembla.
La víspera, el segundo lugar de la llave, Denver Nuggets (12-4), cayó 128-123 ante Sacramento Kings (4-13) a pesar de los 44 puntos conseguidos por Nikola Jokic, y se alejaron a tres juegos y medio del primer lugar.
En el Este, Detroit Pistons (14-2) alargó su racha de partidos consecutivos a 12, al doblegar 129-116 a Milwaukee Bukcs, con un Cade Cunningham sumando 29 cartones, 10 asistencias y ocho rebotes.
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