El otrora jefe del Estado (2007-2012) apeló la decisión, que incluye seis meses de encierro, reemplazables por un brazalete electrónico, alegando mentiras y argumentos débiles en su contra.

Si la justicia ratifica la sentencia, sería la segunda en firme contra Sarkozy, de 70 años, quien ya había sido condenado en diciembre pasado por la trama de las escuchas, también conocida como “Bismuth”, expediente vinculado con la corrupción y el tráfico de influencias.

Por ese caso, el exmandatario portó un brazalete electrónico entre febrero y mayo últimos.

“Bygmalion” consiste en la ocultación de gastos en la campaña del 2012, en la cual Sarkozy buscó sin éxito la reelección en el Elíseo.

Según los investigadores, los gastos rondaron los 43 millones de euros, casi el doble del autorizado (22,5 millones), por lo que se activó un sistema de doble facturación, proceso con varias personas más imputadas y sentenciadas.

El expresidente lleva tiempo en la palestra, al punto de convertirse en el primer político europeo de su investidura en ir tras las rejas, por asociación delictiva en el caso del financiamiento ilegal de su campaña electoral en 2007 con dinero libio, presuntamente otorgado por el entonces hombre fuerte de ese país norafricano, Muammar Gadafi.

La condena por el caso denominado en la prensa la “trama libia” lo obligó a ir a prisión el 21 de octubre, a la cárcel de la Santé, la única intramuros de París.

El 10 de noviembre Sarkozy fue liberado bajo control judicial después de cumplir 20 días en prisión.

La Corte de Apelaciones de París aceptó el pedido de la Fiscalía General de libertad condicional para el otrora jefe del Estado, quien no puede contactar ni a exautoridades libias ni a funcionarios del sistema judicial francés, entre ellos el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, de quien fue mentor en la política.

La Corte también le prohibió salir del país, en un proceso que debe de tener su próxima etapa en marzo, con el análisis de la apelación de la defensa.

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