En su intervención ante el plenario, Mashatile citó un informe del ministerio de Agua y Saneamiento que revela una caída significativa en la capacidad de distribución de los sistemas locales.
Según el documento, la confiabilidad nacional se redujo a 68 por ciento, mientras el 60 por ciento de las redes de suministro muestra deterioro en la calidad del líquido.
El dirigente atribuyó la situación a una combinación de factores como deficiencias de gobernanza, falta de personal técnico, insuficiente inversión en infraestructura y problemas de gestión financiera.
En la ocasión, el vicepresidente subrayó que el Gobierno está adoptando medidas decisivas para revertir el panorama y garantizar servicios confiables a las comunidades.
Entre las acciones inmediatas, dijo, figura el trabajo del Equipo de Tareas de Agua, encargado de coordinar proyectos de infraestructura, reformas institucionales y mejoras en la administración.
Mashatile recordó como la Cumbre Nacional de Agua y Saneamiento realizada en marzo propuso intervenciones clave, entre ellas nuevas modalidades de financiamiento y la búsqueda de sostenibilidad económica para el sector.
El Ministerio creó además una Oficina de Asociaciones Público-Privadas en el Banco de Desarrollo de Sudáfrica, con el objetivo de preparar proyectos municipales para atraer inversión privada.
A través de esa instancia ya se ejecuta el Programa de Gestión del Río Olifants, diseñado para atender las necesidades de agua a gran escala en Limpopo y fomentar el desarrollo económico regional.
El modelo aplicado en Olifants, acorde con el Ministerio, se basa en un esquema de financiamiento compartido: 50 por ciento de los costos proviene de empresas mineras y el resto de fondos públicos mediante subvenciones e instrumentos presupuestarios.
Mashatile adelantó que se busca ampliar est tipo de proyectos combinados con el apoyo del Fondo de Infraestructura.
El vicepresidente mencionó también iniciativas en Johannesburgo, Ciudad del Cabo, el esquema de abastecimiento Vaal Gamagara en Northern Cape, así como los proyectos Lesotho Highlands y uMkhomazi. Todos forman parte de una estrategia nacional para asegurar el suministro de agua en zonas urbanas y rurales.
En cuanto a la corrupción, Mashatile reconoció el impacto negativo del uso prolongado de camiones cisterna y del vandalismo contra instalaciones críticas. El Tesoro Nacional emitió una circular que advierte a los municipios sobre la dependencia excesiva de esos vehículos, concebidos solo para emergencias temporales.
Finalmente, el dirigente llamó a la participación comunitaria en la protección de la infraestructura y a denunciar actividades sospechosas que alimentan redes criminales. “El agua es vida”, enfatizó, al reiterar el compromiso del Gobierno de garantizar un servicio confiable, especialmente en los barrios populares y comunidades rurales.
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