Según el Organismo Coordinador del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (Seni), la maniobra contraria a los protocolos generó un cortocircuito de alta intensidad que activó los sistemas de protección y desencadenó una reacción en cadena que dejó sin energía a todo el país.
El documento explica que la falla desencadenó una reacción en cadena: varias líneas cercanas se desconectaron para aislar el problema y la generación del Este, equivalente a 575 MW, quedó separada del resto del sistema, lo cual causó un desbalance entre oferta y demanda.
Plantas de gran capacidad se dispararon automáticamente para protegerse, siguiendo sus esquemas de seguridad. Aunque el Seni logró estabilizar la frecuencia durante los primeros 89 segundos, el sistema quedó debilitado por la falta de reserva fría sincronizada, lo que ocasionó una caída abrupta de frecuencia que llevó al colapso total del sistema.
Para fortalecer el sistema eléctrico los especialistas recomendaron continuar la instalación de protecciones en subestaciones de doble barra y realizar ajustes operativos para aprovechar nuevas tecnologías en generadores térmicos y renovables.
Además, integrar sistemas de almacenamiento en baterías para servicios auxiliares y arranque autónomo, además de revisar y ajustar los tiempos de actuación de protecciones y esquemas automáticos de desconexión.
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