El director de la Media Luna Roja en la gobernación de Tubas, Nidal Odeh, denunció a la prensa que sus equipos médicos trataron 25 heridos por palizas durante la incursión. Asimismo, detalló que varios de ellos fueron detenidos y agredidos antes de ser liberados.
Las Fuerzas Armadas Israelíes (FDI) impusieron ayer un toque de queda en la zona y desplegaron numerosos efectivos, que incluyó a tropas de comandos y de las brigadas Shomron y Menashe.
El director del Club de Prisioneros de Tubas, Kamal Bani Odeh, informó que los militares allanaron numerosas viviendas y que más de un centenar de personas fueron arrestadas, la mitad de ellos en el poblado de Tammun.
El gobernador de la provincia de Tubas, Ahmed Al-Asaad, condenó la masiva operación y alertó sobre el peligro que representa para la población palestina.
En declaraciones a la televisora Al-Araby, Al-Assad precisó que los uniformados levantaron barreras de tierra y cerraron los caminos que conducen a la gobernación, lo que supone aislarla del resto de la Ribera Occidental.
La ciudad de Tubas y los poblados de Tammun, Al-Fara y Tayasir son los epicentros de la campaña punitiva.
El ataque parece ser una extensión de una operación lanzada contra la vecina gobernación de Jenin, a principios de año, estimó el diario Asharq Al-Awsat.
Desde entonces, la ofensiva se amplió para incluir otros territorios en la región septentrional de Cisjordania, lo cual obligó a miles de personas a huir de sus hogares, subrayó.
Entretanto, este jueves, militares israelíes detuvieron a dos palestinos en el campamento de refugiados de Balata y a cinco más en las aldeas de Sair y Nubal, ambas ubicadas en la sureña gobernación de Hebrón.
La agencia oficial de noticias palestina señaló que cuatro ciudadanos fueron también apresados en la ciudad de Anabta.
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