Recibiríamos sobre 25 mil millones de dólares, asociado a la política migratoria de Estados Unidos y al desempeño del mercado laboral, principalmente en el sector hispano, subrayó la institución financiera central del país.

Este comportamiento influirá en el consumo privado, que representa el 90 por ciento del producto interno bruto (PIB), “por lo que será un incremento muy sólido este año para llegar al cuatro por ciento”, acotó.

Los especialistas evalúan los ingresos del pasado 15 al 15 de diciembre venidero, periodo en el que aumentan los flujos destinados al consumo y la inversión por parte de los beneficiarios, describió el diario Prensa Libre.

Precisó que la nación atraviesa la temporada “pico”, cuando se espera un mayor volumen de ingresos de divisas, que ya supera los 100 millones de dólares diarios.

Los analistas preparan, por otra parte, escenarios sobre lo que podría ocurrir a partir del 1 de enero del 2026 con la entrada en vigor del impuesto a las remesas impuesto por Estados Unidos.

La banca central descartó un impacto macroeconómico relevante, ya que el porcentaje del uno por ciento significará unos 900 millones de dólares anuales.

Sin embargo, señalaron afectaciones en el ámbito social, ya que ese monto no estará en los bolsillos tanto de quienes envían las transferencias como de quienes las reciben.

Menos ahorros de los migrantes chapines en el exterior tendría una relación directa con el consumo en este territorio, amplió el reporte del medio.

“Primero hay que determinar si el impuesto lo absorben los connacionales en el exterior, lo cual se reflejaría en menos ahorro, o si se traduce en una reducción en el monto recibido aquí”, explicó el vicepresidente del Banco de Guatemala, Blanco Valdés.

Este país lleva la delantera en Centroamérica en la recepción de remesas y es el segundo de Latinoamérica, después de México, con República Dominicana en tercero y cuarto Colombia.

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