Las aeronaves quedaron en tierra debido a defectos en sus motores CFM LEAP, de acuerdo con declaraciones al Parlamento el ministro de Puertos y Aviación Civil de Sri Lanka, Anura Karunathilaka, citadas por el diario Ceylon Independent.
El funcionario señaló poco después de cerrado el acuerdo con Boeing en 2018, las aeronaves comenzaron a experimentar fallos técnicos relacionados con problemas de diseño en sus motores y como resultado, seis aviones fueron inmovilizados progresivamente, lo que interrumpió gravemente las operaciones.
«Para el 31 de octubre, estos aviones habían acumulado 131 meses de inmovilización». Un avión sigue sin volar. Sin ingresos, la aerolínea ya ha pagado 60 millones de dólares por el aparato”, señaló.
Agregó que, por la ausencia de un sólido contrato de mantenimiento a largo plazo, las pérdidas ascendieron a 71 millones de dólares en ese contexto, y las proyecciones indican que la aerolínea necesitará asignar otros 171 millones de dólares en los próximos años.
En 2025, la factura actual de mantenimiento de Sri Lanka ascendía a 23 millones de dólares, casi igualando los 29 millones de dólares en ingresos de la aerolínea para ese año, lo que pone de relieve la grave presión financiera generada por las fallas de los motores, indicó Ceylon independent.
El Ministro explicó que Rolls-Royce, la empresa que tradicionalmente mantenía ese mercado en Sri Lanka, se retiró de la comercialización de motores de fuselaje estrecho durante el desarrollo del Airbus A321neo, lo cual afectó a la aerolínea de la isla surasiática.
Las estimaciones de la industria indican que alrededor de la mitad de las mil 200 aeronaves equipadas con motores PW1000G se encontraban en tierra a nivel mundial, a partir de noviembre de 2025, debido principalmente a problemas de durabilidad y tiempo de reparación.
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