Este impuesto, vigente desde 1974, es de 25,1 yenes por litro, equivalente a 0,16 dólares, y fue creado para financiar carreteras.
Según la corporación japonesa de medios de prensa NHK, la aplicación de este proyecto de ley servirá para preparar también la retirada del impuesto provisional al diésel, desde el 1 de abril de 2026.
Con tal de evitar una caída brusca en los precios, el gobierno incrementó los subsidios a las refinerías en aras de igualar el monto del impuesto eliminado hacia mediados de diciembre.
La pérdida de ingresos estimada por la supresión de ambos gravámenes asciende a 1,5 billones de yenes (unos tres mil 825 millones de dólares al año).
Esta medida integra un programa de estímulo de 21,3 billones de yenes (aproximadamente 136 mil 350 millones de dólares), aprobado el 21 de noviembre.
Con el propósito de financiarlo, el Ejecutivo liderado por la primera ministra, Sanae Takaichi, aspira a la aprobación de un presupuesto complementario antes del 17 de diciembre, el mayor desde la pandemia de la Covid-19.
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