En declaraciones al canal árabe Al-Arabiya Al-Hadath, el diplomático afirmó que Siria continuará avanzando “en todos los niveles” y no permitirá provocaciones destinadas a desestabilizar al país.

Subrayó que la respuesta de Damasco se articulará por vías internacionales, colocando la protección de la población siria como prioridad fundamental.

Olabi señaló que el gobierno sirio despliega esfuerzos diplomáticos dirigidos a aislar a Israel y limitar el respaldo de sus aliados.

En este sentido, recordó que, durante la más reciente sesión del Consejo de Seguridad, el embajador israelí escuchó las posturas de los 15 Estados miembros, que coincidieron en condenar las agresiones y en apoyar la soberanía y la integridad territorial de Siria.

El representante añadió que continúan las gestiones para renovar el mandato de la Fuerza de Mantención de la Paz de la ONU, con el propósito de reforzar la seguridad a lo largo de las líneas de separación y contribuir a la estabilidad regional.

Sostuvo que la presión diplomática ha generado avances significativos en las relaciones internacionales de su país, mientras la cooperación con los aliados busca impedir que Israel utilice pretextos para nuevas acciones de índole legal, política o militar. Aseguró que estos esfuerzos han ofrecido resultados tangibles en el terreno y profundizado el aislamiento de la fuerza ocupante.

Olabi enfatizó que Siria habla actualmente desde “una posición de fortaleza”, derivada de logros políticos, económicos y militares, y precisó que una respuesta militar directa no constituye la opción elegida en esta etapa, a fin de preservar esos avances.

El diplomático indicó que Damasco trabaja tanto en el terreno como en foros multilaterales para mantener el Acuerdo de Separación de 1974 y promover el cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad.

Agregó que ha sostenido contactos con varios miembros del órgano y que los hechos ocurridos en Beit Jinn quedarán registrados en los expedientes de Naciones Unidas.

Reiteró además los esfuerzos destinados a exigir responsabilidades por los ataques reiterados y avanzar hacia el aislamiento de la ocupación. Explicó que las conversaciones actuales se limitan a cuestiones de “seguridad”, mientras el proceso de paz permanece paralizado por la actuación israelí.

Olabi recordó que las justificaciones esgrimidas por Israel sobre presuntas amenazas o detenciones no alteran su condición de potencia ocupante, y subrayó que Naciones Unidas ha reiterado que el Golán sigue siendo territorio sirio bajo ocupación.

En horas de la mañana de este viernes, ataques de helicópteros israelíes contra Beit Jinn provocaron la muerte de 15 personas y dejaron 25 heridos, en su mayoría civiles.

Habitantes de la zona señalaron que la ofensiva ocurrió tras enfrentamientos con una patrulla israelí que ingresó a la ciudad, arrestó a tres jóvenes y posteriormente se replegó hacia la colina de Bat Al-Warda.

El bombardeo desencadenó un éxodo hacia poblados cercanos, mientras varias familias quedaron atrapadas bajo los escombros de sus viviendas destruidas, informaron fuentes locales.

Israel mantiene desde 1967 el control de los principales recursos hídricos del sur de Siria tras la ocupación del Golán, una meseta estratégica rica en agua dulce.

Durante 2024, sus acciones militares contra territorio sirio se han intensificado en el marco de una campaña iniciada en 2018 con el argumento de combatir la presencia iraní y de milicias aliadas, pese a que los bombardeos continuaron incluso después de la caída del gobierno de Bashar al-Assad y la retirada de grupos proiraníes el pasado 8 de diciembre. ool/fm