A diferencia de otras ocasiones, esta vez los autores de los raptos masivos de menores no son los grupos islamistas asentados en el noreste del país, sino bandas de hombres armados descritos en los partes oficiales como bandoleros.
El general Mohammed Badaru Abubakar presentó su dimisión al presidente Bola Tinubu, anuncia el escueto comunicado que se abstiene de aportar detalles de la decisión del jefe militar.
Sin embargo, apenas la semana pasada el presidente nigeriano declaró el estado de emergencia nacional de seguridad, en lo que tuvo todos los visos de la demanda de más resultados en el combate a las bandas de hombres armados que asolan el norte del país.
La víspera, el mando castrense anunció el rescate ilesos de siete menores que fueron raptados días atarás de una escena cristiana.
Los grupos de hombres armados sin filiación política proliferaron en los dos últimos años en el norte de este vasto país, primer productor de petróleo de África subsahariana.
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