Según el documento, más de seis mil personas resultaron víctimas de estos artefactos, entre ellas mil 945 fallecidos y cuatro mil 325 heridos. Aproximadamente el 90 por ciento corresponde a civiles, y la mitad de ellos son mujeres y niños.
El informe atribuye este aumento principalmente a las explosiones registradas en Siria y Myanmar, dos de los países más afectados por la presencia de minas en zonas de conflicto.
En Siria, las áreas de retorno de desplazados presentan un riesgo creciente de contaminación por explosivos, mientras Myanmar encabezó la lista con más de dos mil incidentes, debido al uso intensificado de minas por parte del ejército y grupos armados.
Un informe adicional de organismos internacionales reportó un preocupante incremento de víctimas por explosivos remanentes de guerra en Siria entre el 15 de agosto y el 15 de octubre del presente año.
El reporte documentó 102 incidentes, que provocaron la muerte de 39 personas, incluidas dos mujeres y 14 niños, y dejaron 113 heridos, entre ellos seis mujeres y 52 menores.
Estas cifras elevan el total de víctimas registradas desde diciembre de 2024 a mil 426, de las cuales 552 murieron y 874 resultaron heridas.
El documento subraya que la contaminación por municiones sin detonar constituye una de las amenazas más graves para los civiles sirios, especialmente en tierras agrícolas y zonas de pastoreo, donde se registraron 27 muertes y 64 heridos mientras intentaban ganarse la vida.
Asimismo, destaca que hombres y niños representan el grupo más afectado, mientras que el acceso a servicios médicos, rehabilitación y prótesis continúa siendo limitado. Esta situación, advierte, agrava particularmente el sufrimiento de los menores, quienes requieren atención médica continua debido a su crecimiento.
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