En un informe mensual sobre las “Violaciones de la ocupación y las medidas de expansión colonial”, el jefe de la Comisión de Resistencia al Muro y los Asentamientos, Muayyad Shaaban, detalló que las tropas de ese país realizaron mil 523 ataques durante ese lapso y los colonos el resto.

La mayoría de las incursiones se concentraron en las gobernaciones de Ramala (360), Hebrón (248), Belén (342) y Nablus (334).

El funcionario palestino advirtió sobre el aumento de los crímenes israelíes, entre las que citó las demoliciones de estructuras, confiscación de propiedades, vandalismo, imposición de obstáculos al movimiento de personas, asesinatos, agresiones físicas y robos.

Estas violaciones confirman que no son incidentes aislados, sino más bien una metodología organizada destinada a vaciar la tierra de sus propietarios e imponer un sistema colonial racista integral, alertó.

El informe indicó que los colonos intentaron establecer 19 puestos de avanzada, gérmenes de futuras colonias judías.

Al respecto, señaló que esas acciones “solo podría haberse hecho con instrucciones claras del nivel político del Estado ocupante, con el objetivo de imponer los hechos sobre el terreno y fragmentar aún más la geografía palestina”.

En ese mes Israel se robó de unas 280 hectáreas de tierras en la Ribera Occidental mediante órdenes de confiscación, expropiación y modificación de los límites de las tierras estatales».

La comisión documentó 46 operaciones de demolición que afectaron a 76 instalaciones y la distribución de 51 avisos para demoler otras.

Más de 750 mil colonos judíos viven en la actualidad en la Ribera Occidental, incluida Jerusalén Este, distribuidos en unos 180 asentamientos y 256 puestos de avanzada, según datos oficiales.

La comunidad internacional rechaza esa política expansionista y considera a ese territorio como parte del futuro Estado palestino.

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