El desenlace llegó como un rugido colectivo: las cubanas, últimas de su grupo en la fase clasificatoria, levantaron un partido que parecía perdido y lo transformaron en un —y simbólico— acto de resistencia deportiva en la llave II, donde ya habían vencido 29-28 a Kazajistán en su debut. Egipto, por su parte, buscaba redimirse tras caer 32-35 ante la República Popular China.
La figura indiscutible fue Lorena Téllez, autora de 11 goles, quien condujo con precisión y coraje cada latido ofensivo de la escuadra antillana. La acompañaron Yarumy Céspedes y Odalys Escalona, con tres dianas per cápita. Por Egipto destacaron Amina Hagag (6), Yara Mahmoud (4) y Touka Gadallah (4).
En una batalla de intensidad febril, Cuba cerró con un 46 por ciento de efectividad en sus tiros a puerta, apenas por debajo del 48 mostrado por las africanas. Pero la diferencia la marcó la tenacidad: cada recuperación, cada bloqueo y cada transición se vivieron como un gesto de fe colectiva.
El próximo duelo de las cubanas será este lunes frente a la selección china, en una Copa Presidente que define los puestos del 25 al 32 de este Mundial compartido entre Alemania y los Países Bajos, donde participan 32 selecciones.
Las antillanas disputan su quinto Campeonato Mundial y aún buscan superar su mejor actuación histórica: los puestos 21 alcanzados en 1999 y 2019.
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