Ese alarmante panorama persiste mientras el discurso oficial habla de recuperación, señaló el diario Ámbito Financiero.
La industria en Argentina vuelve a mostrar un termómetro del estancamiento económico, refleja la IV Encuesta UIA – Noviembre 2025, la cual alerta que el sector fabril sufre una retracción profunda, con múltiples indicadores en rojo y una alarmante caída de producción, ventas y empleo.
Casi la mitad de los industriales tiene problemas de pagos y el 29,3 por ciento no puede saldar los impuestos.
El documento muestra que el 40,3 por ciento de las empresas industriales reportó una caída en su producción en el último trimestre, mientras apenas 21,3 por ciento registró aumentos.
En lo que respecta a ventas en el mercado interno, la contracción afecta al 47,4 por ciento de las firmas, y solo experimentaron incrementos el 21 por ciento.
Las exportaciones no alcanzan a compensar, indica el estudio e ilustra que 25,1 por ciento de las industrias admitió una caída en ese rubro, frente al 18,2 por ciento que logró mejorar sus ventas al exterior.
En cuanto al empleo, la situación también se deteriora: más empresas recortaron su plantilla (21%) que las que contrataron (10,6%) en el último periodo relevado.
Además, la encuesta revela que una proporción significativa de empresas, el 47,5 por ciento, tiene dificultades para cumplir con pagos básicos como salarios, impuestos, servicios o proveedores; y 8,2 por ciento aduce problemas en todos esos rubros.
Acorde con la UIA, la principal preocupación de las empresas es la caída de la demanda interna, seguida por el aumento de costos de producción, con énfasis en salarios e insumos nacionales que aumentan de precio.
Esa combinación se vuelve letal en un país donde los salarios reales continúan erosionados, donde la inflación y los costos operativos —servicios, energía, transporte— resultan prohibitivos, y donde el mercado interno no alcanza a sostener la producción, precisa Ámbito Financiero.
Las dificultades para acceder a financiamiento, las demoras en pagos y la incertidumbre económica completan el panorama: muchas compañías enfrentan atrasos con proveedores o compromisos impositivos, lo que frena inversiones y obliga a ajustar personal, turnos o producción, advierte la UIA.
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