Quienes acometen las tareas de solidaridad en ella lo hacen de manera voluntaria, fuera de sus horarios de trabajo cotidiano, lo cual les demanda un esfuerzo extra. Desarrollan un programa anual de actividades que oscilan desde las políticas a culturales, y entre estas, ciclos de cine cubano, musicales, bailables, teatrales.
El viernes 5 en la última noche de filmes proyectaron y debatieron la producción Kangamba por su valor cinematográfico, histórico e internacionalista, con la que cerró la muestra de 2025, y la noche del sábado 6 estuvo dedicada al “Fiestón del Año”, con las DJs Yoha y Rik4perry.
Rubén Zaccaro, presidente de la Casa de Alsina, como la llaman por donde está ubicada en el barrio porteño de Balvanera, le describió a Prensa Latina que esta “se ha convertido no solo en un centro de expresión de solidaridad político, sino también cultural, donde se promueve la cultura cubana, y también argentina”.
Entre los pueblos de Argentina y Cuba “hay una relación histórica, cultural, es más, hasta en los orígenes mismos del tango, se habla de la influencia de la Habanera en la música rio platense de Montevideo y Buenos Aires, así que es de larga data este vínculo entre ambos pueblos, y eso queremos mostrarlo también”, comentó Zaccaro.
La Casa de la Amistad –señalo su presidente- va a cumplir el 26 de julio de 2026 cuatro décadas de existencia. “Tuvo su origen como apoyo al pueblo y gobierno revolucionarios de Cuba. Eso no queda solamente en la expresión política y social, sino que también se tiende a todos los aspectos culturales”, agregó.
El 2026 va a ser muy especial –adelantó: “La Casa va a cumplir 40 años y a partir del 1 de enero arrancamos con un rico programa para festejar el Centenario del Nacimiento de ese grande que fue Fidel, y lo vamos a conmemorar durante todo el año”.
Para el cónsul de Cuba, Osniel Escobar, “la Casa de la Amistad ya es un rincón emblemático de Buenos Aires si de Cuba se habla. Este espacio es histórico y ya forma parte de la impronta revolucionaria que ha progresado en América Latina desde mediados del siglo pasado, a pesar de los muchos intentos por desacreditar o apagar los sueños de emancipación y justicia social”.
“La Casa Alsina, como se le conoce con cariño, es un espacio de amor y resistencia”, describió el diplomático en conversación con Prensa Latina.
Recolectar medicamentos, insumos hospitalarios y otros materiales deficitarios en la isla es otra de la tareas que acometen quienes sostienen esta cantera de solidaridad. En este momento, tienen un almacén lleno de cajas con ayuda en espera para ser enviada a Cuba.
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