“Nos saludamos en este día de fiesta nacional, de gloria y victorias, de nuestra Madre María, Reina de la Paz en esta Nicaragua nuestra; nos abrazamos celebrando esa gloria de Dios que se expresa en esta concordia y en la alegría de vivir tranquilos, seguros, avanzando y prosperando”, expresó la mandataria.
En su alocución diaria, Murillo envió un saludo especial a las familias, los hogares y a todas las madres nicaragüenses, al recordar que estas festividades también honran a María como madre y reina de la paz.
Subrayó que la nación reconoce y agradece la “fuerza de la paz” y la fortaleza espiritual que, afirmó, permiten resguardar ese tesoro nacional.
Exaltó la algarabía y el fervor popular que llenan las calles del país durante estas celebraciones, marcadas por cantos, colores, aromas tradicionales y un ambiente de concordia en los hogares y comunidades.
“Cómo nos honra y llena de orgullo glorificar la concordia y reconocer que la gloria es de Dios, la gloria es de María Santísima”, añadió.
Asimismo, manifestó que el pueblo nicaragüense continúa “bendecido, prosperado y victorioso”, avanzando con la fortaleza que da la fe y el amor, valores que —dijo— avivan la responsabilidad de vivir en hermandad, comunidad y fraternidad.
Murillo resaltó la singularidad de estas festividades, en las que miles de familias participan en romerías y peregrinaciones “con cantos y el aroma del incienso de los madroños”, símbolos de una vida buena y de un pueblo profundamente creyente.
“Qué orgullo ser de este pueblo de Dios, soberano, digno, jubiloso, cristiano, socialista y solidario, un pueblo lleno de honor, de gloria y de victorias”, enfatizó.
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