De acuerdo con datos del Ministerio de Trabajo y Políticas Sociales, divulgados en el sitio digital del diario Il Sole 24 Ore y otros medios informativos, a fines del primer semestre de 2025, el 16,0 por ciento de esos niños se encontraban en centros de acogida iniciales y representaban 63 puntos porcentuales los acogidos en los secundarios.
El restante 21 por ciento de estos menores, en su inmensa mayoría de nacionalidad ucraniana, están bajo el cuidado de familias italianas, precisa el análisis.
Las instalaciones del Sistema de Acogida e Integración (SAI) gestionadas por autoridades municipales, llegaron a albergar en 2024 a nueve mil 510 menores, a pesar de que las plazas disponibles solo ascendían a cinco mil 977, debido a nuevas vacantes por salidas voluntarias, o por alcanzar sus ocupantes la mayoría de edad.
En 2024, el 18,8 por ciento de los menores acogidos en el SAI sufrieron violencia o tortura antes de llegar a Italia, principalmente del sexo femenino, pues los varones apenas representaron 2,4 puntos porcentuales, mientras casi la cuarta parte fueron víctimas de trata y el porcentaje de niñas embarazadas llegó a los 11,2 puntos.
El gobierno italiano prometió recientemente reembolsar a los municipios los gastos incurridos en esos centros, que les generaron un déficit presupuestario acumulado de unos 200 millones de euros, desglosados en unos 80 millones durante 2023 y 120 millones de euros en el siguiente año, agrega la fuente.
De acuerdo con datos del Ministerio del Interior italiano, entre el 1 de enero y el 1 de diciembre de 2025 llegaron a las costas de este país 11 mil 661 inmigrantes menores sin familia, cifra muy superior a los ocho mil 752 que arribaron durante todo el pasado año, lo que evidencia un agravamiento de esta situación.
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