Según un comunicado del Ministerio de la Presidencia, si se incluye su actual visita a Noruega, el recorrido incluye a 11 países, parte de una política exterior proactiva que busca posicionar al país y atraer inversión al abrir nuevos mercados y ampliar la red de socios estratégicos.
El informe de esa entidad, compartido con la Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (Antai), según el diario La Estrella de Panamá, indica que el costo de esas giras solo en viáticos para el quipo que acompaña al mandatario , asciende a más de 225 mil dólares.
Ese monto, no incluye gastos logísticos adicionales como seguridad, transporte interno o servicios diplomáticos, agrega la nota .
Su primera parada fue Paraguay, apenas seis días después de tomar posesión (1 de julio de 2024). Allí participó en la Cumbre del Mercado del Sur (Mercosur), intervino ante la plenaria y sostuvo reuniones bilaterales con los presidentes de Paraguay y Brasil.
Mientras que en agosto de 2024 viajó a República Dominicana para la toma de posesión de Luis Abinader, y en septiembre de ese mismo año pronunció su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
En octubre, Mulino visitó París para reforzar la relación con Francia y reiterar su rechazo a la inclusión de Panamá en la lista fiscal de la Unión Europea.
Esa visita fue seguida por un viaje a Montevideo en diciembre, cuando Panamá logró ser reconocido como Estado Asociado del Mercosur.
En enero de este año, Mulino asistió al Foro Económico Mundial en Davos, donde sostuvo reuniones con diversos entes financieros y el primer ministro de Vietnam.
Dos días después viajó a Roma y al Vaticano, donde fue recibido por el presidente Sergio Mattarella y por el papa Francisco, además de establecer contactos con inversionistas italianos.
En febrero, regresó a Uruguay para la toma de posesión de Yamandú Orsi y para realizar nuevas reuniones bilaterales.
Más tarde, en abril, viajó a Perú para recibir condecoraciones oficiales y firmar una declaración conjunta con la presidenta Dina Boluarte. Y en mayo, Mulino visitó Colombia ya que Panamá asumió la Secretaría Pro Témpore de la Asociación de Estados del Caribe (AEC).
En junio, estuvo en Sevilla para una serie de reuniones de alto nivel con el rey Felipe VI, el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez, el presidente ecuatoriano Daniel Noboa y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
También participó en un foro del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe(CAF) y sostuvo un encuentro con el presidente del Banco Interamericano de desarrollo.
A inicios de julio regresó a Buenos Aires para la Cumbre del Mercosur, ahora como representante de un país Estado Asociado. Mientras que en agosto, encabezó en Nueva York la primera reunión de alto nivel del Consejo de Seguridad de la ONU bajo la presidencia rotativa de Panamá, centrada en la seguridad marítima internacional.
El 26 de agosto, Mulino viajó a Brasilia para una reunión bilateral con Lula da Silva, que incluyó la firma de acuerdos económicos.
En su gira, el 2 de septiembre por Japón, se reunió con el primer ministro Shigeru Ishiba, y el 21 de septiembre regresó a Estados Unidos para intervenir nuevamente en la Asamblea General de la ONU.
Aunque para la administración, los viajes al extranjero se justifican por los beneficios económicos y políticos que las giras podrían generar, lo cierto es que los resultados para Panamá aún no son cuantificables y sólo podrían evaluarse a largo plazo, sostiene el rotativo.
A juicio del ministro de la Presidencia, Juan Carlos Orillac, la adhesión al Mercosur, el retorno al pais de la trasnacional canadiense del banano Chiquita y la incorporación de nuevos Estados al Tratado de Neutralidad, entre otros, son resultados de esas giras.
Sostiene que estos viajes buscan apoyo internacional, atraer inversiones y concretar resultados que ya empiezan a verse de manera tangible.
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