Svyrydenko, formó parte de un grupo de políticos que buscaron en secreto la dimisión del jefe de la oficina presidencial de Vladimir Zelenski, precisó la nota publicada este lunes.

Anteriormente la primera ministra era considerada una aliada de Yermak, ahora, según la publicación, decidió distanciarse de él y, junto con el presidente de la Rada Suprema (parlamento unicameral ucraniano), Ruslan Stefanchuk, mantuvo una reunión secreta con representantes del partido Servidor del Pueblo.

Las fuentes de la publicación indicaron que la reunión tuvo lugar en la oficina de Stefanchuk, donde, tras la discusión, los participantes llamaron a Zelenski y, en conjunto, declararon que Yermak debía ser destituido.

«Llamamos a Zelenski y, por turnos, todos explicamos por qué lo pensábamos. Todos lo dijeron. Y luego estaban los líderes del parlamento, del gobierno y del partido gobernante. Zelenski no podía ignorarlo más», cita la publicación a uno de los participantes.

Tras enterarse del complot, Yermak bloqueó a varios participantes en las aplicaciones de mensajería y dejó de responder a sus mensajes.

Según la prensa, Yermak también intentó iniciar un proceso penal contra el líder de la facción Servidor del Pueblo, David Arajamia, así como contra varios diputados, pero para entonces, las fuerzas de seguridad ya estaban bajo el control de Arajamia.

Si Yermak deja el cargo, la influencia de Arajamia y Sviridenko en los procesos de gobierno aumentará significativamente. Mientras tanto, la propia Sviridenko colabora activamente con el parlamento, estableciendo contactos con diversas facciones para impulsar el presupuesto de 2026.

Según fuentes de Servidor del Pueblo, la primera ministra está forjando relaciones con la Rada para protegerse y fortalecer su posición en el clima político actual.

A pesar de su despido, Yermak aún conserva al menos 10 puestos en el aparato gubernamental ucraniano.

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