El coordinador humanitario de la ONU en la RDC, Bruno Lemarquis, denunció el alarmante aumento de la violencia debido a las confrontaciones entre los rebeldes de la Alianza del Río Congo-Movimiento 23 de Marzo (AFC/M23) y las Fuerzas Armadas congoleñas y sus aliados.

En particular se refirió a los ataques efectuados entre el 2 y el 7 de diciembre con armamento pesado y bombardeos en zonas pobladas, fundamentalmente en los territorios de Uvira, Walungu, Mwenga, Shabunda, Kabare, Fizi y Kalehe; mientras que la continuidad de los combates impide la evacuación de los heridos.

Indicó que en los últimos días también se reportaron ataques a infraestructuras civiles, incluidas escuelas, lo cual constituye una grave violación del derecho internacional humanitario.

“Estoy profundamente consternado por el devastador impacto de estos combates en la población civil. Es imperativo evitar que más víctimas se sumen a la ya trágica cifra de muertos”, sostuvo Lemarquis en un comunicado.

Agregó que el uso de armas explosivas en zonas pobladas y los ataques a infraestructuras civiles están causando una pérdida de vidas inaceptable y deben cesar de inmediato. “Los civiles y las infraestructuras civiles no son objetivos”, declaró.

De acuerdo con el coordinador humanitario, esta ola de violencia provocó nuevos desplazamientos de personas, con un estimado inicial de más de 200 mil que se movieron dentro de la misma provincia desde el 2 de diciembre, en tanto miles más cruzaron la frontera hacia países vecinos, como Burundi y Ruanda.

Las condiciones de vida para estas personas son precarias, con albergues abarrotados, mayor riesgo de violencia de género, propagación de enfermedades y acceso limitado a la atención médica; de ahí que estos desplazamientos agravan la situación en una provincia que alberga a 1,2 millones de refugiados internos.

“En nombre de la comunidad humanitaria, insto a todas las partes en el conflicto a que respeten sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario”, enfatizó Lemarquis.

Añadió que se debe garantizar la protección de los civiles, respetar su distinción en las operaciones militares y asegurar el acceso seguro, rápido y sin obstáculos de los actores humanitarios para brindar asistencia vital, incluida la atención médica a los heridos.

El incremento de las acciones bélicas se produce luego de la ratificación del Acuerdo de Paz firmado en Washington, Estados Unidos, por los presidentes de RDC y Ruanda, el pasado 4 de diciembre.

El coordinador humanitario significó la importancia del instrumento para alcanzar la paz, “pero para que esta esperanza se haga realidad, la violencia debe cesar de inmediato y los compromisos adquiridos deben traducirse en acciones concretas sobre el terreno”, subrayó.

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