En mensaje dirigido al Comité del Premio de la Paz en Oslo, Noruega, la organización denunció que bajo “su aura se planifica y se pretenden perpetrar los mismos crímenes contra los pueblos de Libia, Afganistán, lraq y Siria».
La nota comentó sobre la concentración militar desproporcionada y grosera de Estados Unidos en el mar Caribe desde hace meses con el despliegue de un portaaviones, buques de guerra, aviones de combate, helicópteros, misiles de largo alcance, submarinos nucleares y miles de soldados.
Indicó que esto implica una “gravísima amenaza a la paz y la seguridad internacionales”, como lo reconoció la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la mayoría de los gobiernos de la región y múltiples organizaciones políticas y sociales de nuestros pueblos.
Los artistas e intelectuales señalaron que el gobierno estadounidense hizo pública su intención de “derrocar al gobierno legítimo de Venezuela con el objetivo de apropiarse de las reservas de petróleo más grandes del mundo”.
Subrayaron que en medio de esta clara violación de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional, “nos encontramos con la desagradable noticia de que su Comité ha decidido entregar el galardón de este año a la principal promotora de la guerra, de la invasión a su propio país y de la desestabilización de Venezuela y de toda la región: María Corina Machado”.
“Sepan, señores, que el premio que otorgarán en ceremonia solemne ya está manchado de sangre”, expresó el mensaje.
Mientras se escriben estas líneas, declararon, más de ochenta latinoamericanos fueron asesinados a través de ejecuciones sumarias bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, realizadas bajo las órdenes de DonaId Trump, y promovidas y aplaudidas, por su galardonada.
Ustedes, además, conocen las estrechas relaciones políticas entre Machado y Benjamín Netanyahu, su apoyo al genocidio contra el pueblo palestino y a las guerras de agresión promovidas por Israel. ¿De qué paz hablarán en su ceremonia?, preguntaron.
La REDH recordó que, en el año 2014, la Celac adoptó por unanimidad “la Proclama que declara a esa región como Zona de Paz”.
“Nosotras y nosotros, amantes de la paz, repudiamos las guerras y seguiremos luchando por la paz genuina y verdadera, aquella que solo puede ser entendida como un derecho de los pueblos, indivisible de su autodeterminación y de la defensa de su soberanía”, afirmó la declaración.
Reafirmó que después de la grotesca ceremonia que realizarán este 10 de diciembre, “ya no tendrán autoridad moral alguna para hablar de paz ni de justicia, palabras que ustedes manipulan a su antojo para satisfacer las ambiciones geopolíticas de los Estados Unidos”.
Esas palabras, manifestó el texto, son patrimonio exclusivo de los pueblos que luchan por su soberanía.
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