En la velada, este miércoles, que recordó el Día Internacional de los Derechos Humanos, proclamado desde 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el jefe de la representación diplomática, Víctor Cairo, subrayó que en momentos complejos la isla y su pueblo han contado con la solidaridad militante para salvaguardar una obra noble y humanista.
Cairo denunció que la sede diplomática fue amenazada por grupúsculos contrarrevolucionarios, que se concentraron en el céntrico parque Belisario Porras, en esta capital, financiados por mercenarios y políticos estadounidenses solo interesados en desestabilizar el orden en su país y crear obstáculos al desarrollo de su pueblo mediante el bloqueo.

Los adversarios de la Revolución, indicó, a quienes no les interesa absolutamente lo que pasa en Cuba, solo los mueve el dinero, pero, como ha quedado demostrado hoy, son derrotados por la fuerza moral de quienes no se repliegan ni se rendirán jamás en el camino de ser libres y soberanos.
En su intervención, el diplomático demandó con firmeza la paz y el respeto por la soberanía de los pueblos de nuestra América, también en alusión a las amenazas que se ciernen sobre Venezuela con la militarización de Estados Unidos en el Caribe en franca ofensiva contra Caracas.
Además señaló que los presuntos defensores de la libertad lo que realmente pretenden es apoderarse de los recursos naturales de los países del Sur, al tiempo que remarcó que si realmente quisieran la libertad deberían levantar el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a su país hace más de seis décadas.
En el mitin en el interior de la embajada, también la abogada en derechos humanos, Gilma Camargo, sostuvo que en un día histórico vale recordar a Fidel (Fidel Castro), porque simboliza el amor a la humanidad, la hermandad de los pueblos.
Mientras la joven abogada Lilian Ruiz, de la Coordinadora Nacional de Solidaridad con Cuba en Panamá, catalogó al bloqueo como el mayor crimen que se comete contra un pueblo digno.

A su turno, el historiador César del Vasto se refirió a las desigualdades que se viven actualmente en el planeta donde cada vez menos personas concentran las riquezas que pertenecen a las mayorías.
También Angel Bolaños, presidente honorífico de la Asociación Martiana de Cubanos Residentes en Panamá subrayó sentirse orgulloso y comprometido con el grito de Patria o Muerte que simboliza la entereza de la Revolución.
En las afueras de la sede diplomática, organizaciones fraternas con La Habana, entre ellas el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales , miembros de la solidaridad y estudiantes universitarios, repelieron una concentración de activistas contrarrevolucionarios que buscaban torpedear la actividad política.
Los integrantes de esos colectivos denunciaron que los grupúsculos fueron financiados por empresarios locales y aliados de Estados Unidos, para lo cual utilizaron como móvil al ciudadano cubano Boris Betancourt, apresado en el istmo por narcotráfico.
Cuestionaron por otra parte, el uso de menores de edad para ese tipo de protesta, algo que contraviene las normas legales locales.
Los “airados manifestantes”, minimizados ante el ímpetu de las organizaciones sociales y amigos panameños de Cuba, que al odio contrapusieron consignas patrióticas, bailes, banderas y alegría, se vieron obligados a abandonar sus espacios sin lograr los objetivos, luego de recibir como pago un precario bufete por cena, constató Prensa Latina.
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