Esta noticia “nos llena de orgullo”, expresó la mandataria a pocos minutos de conocerse la decisión adoptada este miércoles por la Unesco durante la vigésima reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que sesiona esta semana en la capital india, Nueva Delhi.
En un mensaje publicado en el sitio oficial de la Presidencia del Consejo de ministros, la jefa de Gobierno resaltó que “para nosotros, los italianos, la cocina no es solo comida, no es solo un recetario, es mucho más: es cultura, tradición, trabajo y riqueza”.
De hecho, según señaló, la misma “nace de cadenas de suministro agrícolas que combinan calidad y sostenibilidad”, preserva “un patrimonio milenario transmitido de generación en generación”, a la vez que “crece gracias a la excelencia de nuestros productores y se transforma en obras maestras gracias a la maestría de nuestros chefs”.
“Ya exportamos 70 mil millones de euros en productos agroalimentarios y somos la principal economía europea en valor añadido agrícola”, aseveró, y añadió que “este reconocimiento dará a la economía italiana un impulso decisivo para alcanzar nuevas metas”.
En el expediente presentado en marzo de 2023 por Italia ante la Unesco con el título “Cocina italiana: Sostenibilidad y Diversidad Biocultural”, se enfatizó que la gastronomía italiana representa un patrimonio sentimental que supera lo alimentario.
Al aprobar su inscripción en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, ese organismo internacional argumento que el arte culinario italiano logró un legado que supo incorporar influencias de otras culturas sin perder su esencia.
La cocina italiana, añadió, es una práctica “basada en el respeto mutuo, enriquecida durante siglos por migrantes, por intercambios comerciales, por rutas marítimas y por diásporas que llevaron su sabor” con platos como las Pizzas Napolitanas, la Pasta Carbonara, la Lasaña a la Boloñesa, los Tortellini y el Risotto, entre otros muchos.
Con la nueva incorporación, suman 16 las manifestaciones culturales italianas incluidas en ese listado patrimonial, y en el orden alimentario fueron inscritas previamente la dieta mediterránea, en 2010; el arte de los pizzeros napolitanos, en 2017, y cuatro años después la búsqueda y extracción de la trufa.
La Unesco subrayó al aprobar la incorporación de la Cocina Italiana, que la misma es “un sistema unificador que transforma el tiempo compartido en la mesa en una herramienta para expresar sentimientos, construir diálogos o compartir ideas”.
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