La OPS destacó que la combinación de vacunación, vigilancia, preparación hospitalaria, acceso oportuno al diagnóstico y tratamiento, y medidas preventivas personales son clave para reducir la carga de enfermedad, proteger a las poblaciones más vulnerables y evitar sobrecarga de los sistemas sanitarios.
Según datos reportados hasta finales de noviembre, la actividad de influenza continúa en ascenso a nivel global, especialmente debido a virus de tipo A.
En la región de las Américas, aunque los niveles siguen siendo bajos, se registra un incremento sostenido, especialmente en América del Norte.
La evidencia preliminar sugiere que la vacuna actual mantiene niveles de protección similares a temporadas previas, especialmente para prevenir casos graves y hospitalizaciones.
La OPS pidió fortalecer la vigilancia de influenza, VSR y SARS-CoV-2, así como asegurar el reporte continuo de datos y mantener el envío regular de muestras para secuenciación, a fin de detectar oportunamente variantes que puedan modificar la transmisión o gravedad de los virus.
Recordó que eventos respiratorios inusuales —como casos graves sin causa identificada o brotes fuera del período de circulación previsto— deben investigarse y comunicarse rápidamente conforme al Reglamento Sanitario Internacional.
También, recomendó revisar y actualizar en caso de ser necesario las guías nacionales de manejo clínico, reforzar el acceso a diagnóstico temprano y asegurar la disponibilidad de antivirales para personas con mayor riesgo de complicaciones.
Según la alerta epidemiológica, los servicios de salud deben prepararse para un posible aumento de hospitalizaciones durante los meses de invierno, cuando coincide la circulación de múltiples virus respiratorios.
La OPS reiteró la importancia de la vacunación contra influenza, Covid-19 y VSR, especialmente para adultos mayores, personas con enfermedades crónicas, mujeres embarazadas, niños pequeños y trabajadores de la salud.
La inmunización durante el embarazo y el uso de anticuerpos monoclonales en recién nacidos demostraron una reducción importante del riesgo de enfermedad grave por VSR.
Para la Covid-19 se recomienda que los grupos prioritarios reciban refuerzos cada seis a 12 meses.
Acciones simples como lavado de manos, etiqueta respiratoria y quedarse en casa ante la presencia de fiebre o síntomas son claves para limitar la transmisión.
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