Un informe divulgado en el sitio oficial de ese grupo ambientalista señala que, tras las pruebas realizadas a cuatro mil 682 muestras de productos agrícolas, convencionales y ecológicos, se determinó que el 17,3 por ciento de los mismos contenía al menos un residuo, y llegó a 30,26 puntos porcentuales el número de aquellos con cifras mayores.

Ese último dato refleja un empeoramiento sensible respecto al año anterior, cuando el porcentaje de los alimentos con múltiples residuos alcanzaba solo los 14,93 puntos, apuntan los expertos.

El problema más grave se apreció en las frutas convencionales, con una presencia de pesticidas en el 75,57 por ciento de las unidades analizadas.

Se comprobó la persistencia de moléculas tóxicas y prohibidas, como la tetrametrina, en los pimientos y el dicloro difenil tricloroetano (DDT) en muestras de papas, con una mayor presencia de sustancias como acetamiprid, boscalid, pirimetanil, azoxistrobin y fludioxonil.

Los analistas apuntaron que solo el 50,94 por ciento de los alimentos evaluados estaban libres de esas sustancias nocivas, para una disminución respecto al año anterior, cuando el porcentaje llegó a los 57,32 puntos, y aseveraron que este panorama es “aún contradictorio y alejado de las promesas de una agricultura segura y sostenible”.

Sin embargo, en el sector animal los resultados fueron mejores, con casi el 88,0 por ciento de las muestras totalmente libres, aunque los especialistas consideraron que en el futuro sería conveniente ampliar el análisis de residuos, para incluir también la presencia de sustancias como los antibióticos.

Angelo Gentili, responsable de agricultura de Legambiente, declaró al darse a conocer estos datos, que “el objetivo debe ser reducir drásticamente el uso de pesticidas, a través de legislaciones y modelos de producción europeos y nacionales que protejan los ecosistemas y la salud de las personas”. “Los residuos múltiples siguen siendo una amenaza subestimada, especialmente cuando hablamos de los niños y los sectores más vulnerables de la población, y es una llamada de atención que no podemos ignorar”, añadió Gentili.

En las conclusiones de ese informe, la organización ambientalista demanda la aprobación urgente de medidas penales claras contra la producción y el tráfico de pesticidas ilegales, así como el apoyo real a los agricultores en la transición hacia una agricultura ecológica e integrada avanzada, entre otras acciones.

“Necesitamos una visión pública, un pacto verde agrícola que no retroceda ante las presiones de los agronegocios y que introduzca herramientas concretas para impulsar la transición ecológica del sector”, agrega el documento.

mem/ort