La Cancillería venezolana declaró este acto de “robo descarado y acto de piratería internacional, que recibió el repudio inmediato del Gobierno, Fuerza Armada Nacional, Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), del pueblo, de la solidaridad internacional, de líderes y mandatarios del mundo.
De estos últimos destacaron las llamadas telefónicas de los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de la República Islámica de Irán, Masoud Pezeshkian, a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, para reafirmar las alianzas estratégicas tejidas en los últimos años.

La condena provino también de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, que declaró el atraco al buque con un millón 900 mil barriles de petróleo como “una violación gravísima del Derecho Internacional y un ataque directo contra la soberanía de la República Bolivariana”.
El pueblo venezolano repudió en el 96 por ciento el asalto armado, según datos de una importante encuestadora internacional que dio a conocer el jefe de Estado sudamericano.
Por su parte, el miembro del Buró Político y secretario general del PSUV, Diosdado Cabello, manifestó desde su programa Con el Mazo Dando, que estas amenazas y agresiones de Estados Unidos potenciaron el antiimperialismo en el pueblo.
El Ministerio para las Relaciones Exteriores expresó en declaración oficial que en estas circunstancias quedó finalmente descubierto “las verdaderas razones» de la agresión prolongada contra Venezuela.
No es la migración, el narcotráfico, la democracia, los derechos humanos, sino que “siempre se trató de nuestras riquezas naturales, del petróleo, la energía y los recursos que pertenecen exclusivamente al pueblo venezolano”, denunció.
Reafirmó que acudirán ante todas las instancias internacionales para denunciar “este grave crimen internacional» y defenderán con determinación absoluta su soberanía, recursos naturales y dignidad nacional.
Finalmente, aseguró que no permitirá que ningún poder extranjero pretenda arrebatarle al pueblo venezolano lo que le pertenece por derecho histórico y constitucional.
Maduro consideró, en tanto, que el robo y secuestro del barco petrolero y sus tripulantes por Estados Unidos inauguró una «nueva era de la piratería naval criminal en el Caribe». Se les cayó la máscara al hacer “un acto absolutamente criminal e ilegal cuando procedieron a un asalto militar, secuestro y robo como piratas del Caribe a una nave mercantil, comercial, civil y privada”. Indicó que ese buque de paz fue asaltado casi llegando al Atlántico, no en las costas de Venezuela, “sino mucho más arriba, mucho más al norte de Trinidad y Tobago, hacia la isla de Granada”.
“Ahora resulta que a la Guardia Costera y al Ejército de Estados Unidos le dan órdenes para cometer actos de piratería ilegales, ya le dieron órdenes para matar a lancheros que iban por Trinidad y Tobago”, comentó, y se preocupó por la tripulación del barco que “están secuestrados, desaparecidos y nadie saben dónde están”.

Como primer paso ante el pillaje imperial, la vicepresidenta ejecutiva Delcy Rodríguez demandó a la Organización Marítima Internacional (OMI) activar todos los canales y mecanismos internacionales que garanticen la libertad de navegación y de comercio marítimo.
Anunció que sostuvo una conversación telefónica con el secretario ejecutivo de la OMI, Arsenio Domínguez, a quien le trasmitió una denuncia formal sobre el buque petrolero asaltado en el mar Caribe.
La República Bolivariana hace lo que debe hacerse en estos casos y es “apelar a la legalidad internacional para defender nuestros recursos naturales», afirmó.
En este contexto, más de 500 representantes de pueblos originarios, gobiernos, parlamentos, sindicatos, organizaciones juveniles, culturales, espirituales, comunales y movimientos sociales de 50 países viajaron a Caracas a debatir y coordinar acciones para enfrentar la embestida de Washington en la región.
En la reunión del 9 y 10 de diciembre voces del mundo se alzaron para manifestar su solidaridad infinita con el Gobierno y pueblo venezolanos, como la de Cuba que expresó que aquí “no solo se está jugando el Caribe, Venezuela y Cuba, sino el equilibrio del mundo”.
El presidente de Casa de las Américas Abel Prieto llamó a detener esa “ofensiva monstruosa y grotesca” que viola todas las normas de convivencia civilizada y la legalidad internacional que está siendo pulverizada.
Como colofón de este encuentro se dio a conocer un manifiesto en el que los participantes convocaron a forjar “un mundo Sur articulado económica y tecnológicamente”.
Instaron también a la construcción de un nuevo orden mundial basado en la justicia, la independencia y el fin del intervencionismo, y reconocieron la resistencia del pueblo cubano que, durante más de seis décadas, enfrentó bloqueos, invasiones y campañas de odio sin renunciar a su soberanía.
Durante la semana, Maduro anunció el surgimiento del Gobierno Comunal de Transición al Socialismo con las cinco mil 336 Salas de Autogobierno y gobiernos territoriales ejerciendo acción diaria para el desarrollo de las comunidades, mientras el PSUV destacó el bloque monolítico en torno a la Revolución bolivariana como legado del comandante Hugo Chávez.
rc/jcd





