El panel, titulado “Fidel Castro: una vida dedicada a la humanidad”, reunió a académicos y personalidades quienes, desde diversas aristas, analizaron el legado del Comandante en Jefe, con un enfoque que trascendió lo nacional para proyectar su dimensión universal.
Maricela Valido, Presidenta de la Sociedad Cultural José Martí, estableció un vínculo indisoluble entre el pensamiento de Martí y Fidel.
“Martí nos enseña de las glorias pasadas para las presentes… y esta es una premisa para Fidel”, afirmó, destacando su labor como “educador social” y su visión de la historia como base para el desarrollo integral de los pueblos.
Por su parte, el Master en Ciencias Marcial Mendoza aportó una mirada íntima, recordando al “hombre de exquisita sensibilidad humana”. “Cómo alguien con tantas tareas no perdía el vínculo familiar hacia hijos y compañeros”, reflexionó, invitando a acercarse a esa faceta humana del líder.
El análisis histórico-político lo proporcionó Noel Manzanares, quien trazó la relación de Fidel con Camagüey desde 1953 y su visión temprana del socialismo.
Citó su frase del 4 de enero de 1959 –“Patria es el lugar donde no se explota al ciudadano”– como un punto referencial, subrayando que su concepción unitaria y martiana del proyecto socialista se mantuvo firme incluso tras la caída del campo socialista europeo.
Fernando Manso, Presidente de la Unión de Historiadores de Cuba en Camagüey, cerró las intervenciones enfatizando la necesidad de estos espacios.
“Estos paneles son muy necesarios para hablar del pensamiento y el legado de Fidel”, expresó con emoción, destacando el valor de la Jornada para asegurar que su legado perdure en las nuevas generaciones.
El panel, celebrado en una provincia crucial para la historia independentista y revolucionaria de Cuba, sirvió como colofón a un evento dedicado a la relectura crítica del pasado nacional.
Los participantes coincidieron en que la trascendencia de Fidel Castro se fundamenta en la fusión de un pensamiento estratégico de alcance global, una inquebrantable voluntad política y una profunda sensibilidad humana, pilares que definieron su liderazgo dentro y fuera de Cuba.
La Jornada Leer la Historia, con sede en Camagüey, reafirmó así su papel como plataforma esencial para el debate historiográfico y la preservación de la memoria histórica de la nación caribeña, proyectando sus figuras cimeras a un contexto internacional de análisis y reflexión.
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