El trabajo analizó muestras de sangre tomadas de osos polares en el noreste (12 osos) y sureste (cinco osos) de Groenlandia para comparar la actividad de los llamados «genes saltarines» (pequeñas partes móviles del genoma que pueden influir en el funcionamiento de otros genes), su relación con las temperaturas en las dos regiones y los cambios asociados en la expresión genética.
Según los científicos, mientras las temperaturas en el noreste de Groenlandia eran más frías y menos variables, el ambiente en el sureste era significativamente más cálido y menos helado, lo cual creó muchos desafíos y cambios para el hábitat allí, y similar a las condiciones futuras pronosticadas para la especie.
Los expertos descubrieron que algunos genes relacionados con el estrés térmico, el envejecimiento y el metabolismo se comportaban de manera diferente en los osos polares que vivían en el sureste de Groenlandia.
También encontraron cambios en áreas de expresión génica del ADN relacionadas con el procesamiento de grasas, lo cual es importante cuando el alimento escasea.
Esto podría indicar que los osos del sureste se están adaptando lentamente a las dietas vegetales más ásperas que se encuentran en las regiones más cálidas, en comparación con las dietas principalmente grasas y basadas en focas de la población del norte.
Identificamos varios puntos genéticos críticos donde estos genes saltarines estaban muy activos, algunos de ellos ubicados en las regiones codificantes de proteínas del genoma, dijo la doctora Alice Godden, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de East Anglia.
Ello sugiere que los osos están experimentando cambios genéticos rápidos y fundamentales a medida que se adaptan a su hábitat de hielo marino en desaparición, añadió.
La investigación actual se basa en un estudio anterior de la Universidad de Washington, que halló que la población del sureste de osos polares de Groenlandia es genéticamente diferente del grupo del noreste, después de separarse hace unos 200 años.
Se prevé que más de dos tercios de los osos polares se extinguirán para 2050, con una extinción total prevista para finales de este siglo.
El océano Ártico también se encuentra en su punto más cálido, con temperaturas que siguen en aumento, lo cual reduce las vitales plataformas de hielo marino que los osos utilizan para cazar focas, provocando aislamiento y escasez de alimentos.
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