El ministro sirio de Asuntos Exteriores, Asaad Al-Shaibani, afirmó en un mensaje difundido en la red social X que Damasco rechaza de manera categórica este tipo de acciones violentas. El canciller transmitió sus condolencias a los familiares de las víctimas y deseó una pronta recuperación a los heridos.

Con anterioridad, el Ministerio del Interior ofreció detalles del atentado armado ocurrido este sábado contra una patrulla conjunta de fuerzas sirias y estadounidenses en las inmediaciones de Palmira.

El portavoz de esa cartera, Nour al-Din al-Baba, declaró al canal estatal Ikhbariya TV que el autor del ataque no ocupaba cargos de mando ni tenía responsabilidades dentro de la estructura de seguridad.

Al-Baba indicó que las investigaciones continúan para determinar posibles vínculos del agresor con el grupo terrorista Daesh, y precisó que las pesquisas se centran en el análisis de sus datos digitales y de su entorno social y familiar, con el fin de establecer si existía una conexión organizativa directa o si se trató de un caso de radicalización individual.

El vocero añadió que las Fuerzas de Seguridad Interna habían emitido advertencias previas a las fuerzas de la coalición internacional, basadas en informaciones preliminares que alertaban sobre la posibilidad de un ataque terrorista en la zona, advertencias que —afirmó— no fueron atendidas adecuadamente.

Asimismo, precisó que el atentado se produjo a la entrada de un cuartel general fortificado, tras la conclusión de una patrulla conjunta. Según datos divulgados por la coalición internacional, el ataque causó la muerte de dos soldados estadounidenses y de un intérprete civil, además de heridas a dos efectivos de la Seguridad Interna siria. El atacante fue abatido en el lugar.

El portavoz subrayó que más de cinco mil efectivos se encuentran desplegados en la región desértica de Siria y son sometidos a evaluaciones periódicas. Una de esas revisiones, realizada el pasado día 10, había advertido sobre la posible presencia de ideas extremistas o takfiríes en el agresor, cuyo caso debía ser examinado en la siguiente jornada laboral.

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