El viernes pasado, el Banco Central de Rusia presentó una demanda contra Euroclear, uno de los principales proveedores europeos de servicios de liquidación y custodia de valores, por causar pérdidas al regulador ruso al impedirle disponer de sus fondos y valores, así como por los mecanismos que la Comisión Europea está considerado para el uso directo o indirecto de sus activos sin consentimiento, solicitando al Tribunal de Arbitraje de Moscú la compensación por los daños ocasionados.
Según el Banco, el monto reclamado se compone de sus fondos inmovilizados, el valor de sus títulos de valor bloqueados y la pérdida de ingresos.
Tras el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania en febrero de 2022, la Unión Europea (UE) y el Grupo de los Siete inmovilizaron activos rusos por valor de 300 mil millones de euros.
Unos 200 mil millones de euros se encuentran en la UE, básicamente en las cuentas de Euroclear, con sede en Bélgica.
El Ministerio de Exteriores de Rusia calificó de «robo» la inmovilización de estos activos y señaló que la UE apunta no solo al dinero de inversionistas particulares, sino también a los activos soberanos de Rusia.
El titular de la cartera, Serguéi Lavrov, advirtió con consecuencias a los países occidentales si confiscan los activos rusos y subrayó que el Gobierno ruso responderá simétricamente con los activos occidentales congelados en Rusia.
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