En pleno montaje de “OVO” hoy, la compañía fundada en Quebec, Canadá, en 1984, se dispone a sorprender nuevamente al público comenzando por Tarragona, España, donde debuta este jueves 18 de diciembre en el recinto Tarrasco Arena.

Llega con un centenar personas de 25 nacionalidades y 21 tráileres para seis funciones hasta el domingo en la urbe catalana. Un aperitivo para sus ansiosos seguidores que esperan al Cirque du Soleil en marzo en Madrid.

«Hemos traído todo lo que necesitamos, incluidas siete lavadoras y tres secadoras para el vestuario», declaró a los medios Janie Mallet, jefe de Comunicaciones de “OVO”.

Detalló que la compañía viene con 800 prendas de ropa, que «en cada show precisan 60 ciclos de lavado de lavandería».

«Es como un pueblo itinerante que viaja por todo el mundo para representar este show», añadió entusiasmada Mallet, en las zonas donde los artistas ensayan y ponen a punto su físico. Para no variar, es un espectáculo de alta exigencia.

Un enigmático huevo “OVO” es el perturbador de la vida, el trabajo, el amor y los conflictos de una comunidad de insectos. Es la esencia del guion, bastante renovado en relación con el original del estreno en 2009.

Vuelven, como no podría ser de otra manera, la danza, música, impactantes acrobacias aéreas y vestuarios acorde al circo, con lo cual ya logró atraer a más de siete millones de espectadores a lo largo de los años.

Ya fueron vendidas en Tarragona 16 mil entradas para un sitio con aforo para cuatro mil personas. El interés es mayúsculo, a tal punto que aun en la lejanía del tiempo, en Madrid casi se agotan las localidades.

Cirque du Soleil viene de una gira por Canadá, Estados Unidos y México. El periplo europeo comprende entre otra ciudades, Londres, Lisboa, Roma, Madrid y Liubliana.

La argentina Lola Pintos, que encarna en la obra a un escarabajo volador, declaró que se trata de un show hermoso, con un nivel acrobático superalto, luces, música en vivo, mucha energía y mucha alegría (…).

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