Así lo valoró la embajadora Yadira Ledesma, quien agradeció el gesto de amigos de Cuba en esta nación, médicos malasios graduados en la isla, cubanos residentes y la colaboración de la Embajada de su país en Países Bajos para materializar este proyecto humanitario.
Fueron incontables las dificultades que debimos sortear para concretarlo, pues los obstáculos de las sanciones que impone el bloqueo económico, financiero y comercial de los Estados Unidos llegan a todas partes y son casi infranqueables, pero no más que las ganas de ayudar a nuestra gente, relató.
Según la diplomática, “casi tuvimos que hacer magia para lograrlo, pero nuestro pueblo, que tan solidario ha sido, lo necesita y merece”.
El modesto donativo de sábanas y toallas para familias de alguna comunidad del oriente cubano donde se perdió todo por las inundaciones y la furia de los vientos, lleva más que valor material, un mensaje de apoyo, cariño y admiración por la resistencia de nuestro pueblo, afirmó Ledesma.
“Ojalá sobre esas sábanas se sigan tejiendo los sueños de una Cuba mejor, a la que no renunciamos y por la que muchos siguen trabajando y apostando”, concluyó la embajadora.
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