En la urbe Focense, una de las más golpeadas por la violencia ligada al narcotráfico, el jefe del Estado anunció la intención de aumentar de 200 a 500 euros las multas por el consumo de marihuana y cocaína.
A juicio del mandatario, el fenómeno de las drogas no hubiese alcanzado el nivel que tiene sin las personas que las consumen.
Para el alcalde de Marsella, Benoit Payan, esta medida no parará el tráfico de estupefacientes y llamó a demostrarles a los narcotraficantes que no se les tiene miedo y a enfrentarlos “en todos los frentes”, sin que “nos tiemblen las manos”.
Macron también abogó por lidiar con el impacto que tienen las redes sociales en la violencia y el crimen organizado y resaltó la importancia de cortar la cúpula del trasiego de las drogas.
Asimismo, rindió homenaje al activista Mehdi Kessaci, asesinado hace nueve días en Marsella por su combate al fenómeno.
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