Los equipos entregados este martes, durante una ceremonia en el Fuerte Militar Eplicachima, en el sur de Quito, son 54 camionetas, 24 motocicletas, seis drones para labores de vigilancia, 25 mil 103 uniformes y botas y 350 paracaídas.
“Hoy seguimos fortaleciendo las capacidades de nuestras Fuerzas Armadas con la entrega de equipos y vehículos indispensables para triunfar en esta guerra: una guerra que no iniciamos nosotros, pero que sí vamos a terminarla”, sostuvo el Jefe de Estado, en relación al conflicto armado interno decretado contra las bandas delincuenciales.
El mandatario acusó a unos contrabandistas de combustible, que, supuestamente, se ocultan tras una cortina política, aunque no mencionó quiénes.
“En la época del subsidio se afectaban las finanzas del Estado, ahora damos ayuda directa y combatimos a los traficantes que se ocultan tras una cortina política: nosotros perseguimos delitos que afectan la seguridad del país”, agregó el gobernante.
El comandante del Ejército, John Miño, agradeció la “confianza” del jefe de Estado en la institución militar y señaló que ese material permitirá mejorar las capacidades.
Ejemplificó que los drones se usarán para vigilar la seguridad del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), así como las fronteras.
En enero de 2024, Noboa decretó la existencia de un conflicto armado interno para facilitar los operativos militares y policiales contra el crimen organizado y los grupos delincuenciales, declarados como terroristas.
Sin embargo, casi dos años después los crímenes persisten y el país se encamina a cerrar el año más violento de su historia con más de nueve mil homicidios.
Mientras, organizaciones sociales y de derechos humanos han denunciado abusos de los uniformados en el contexto de la militarización, así como una treintena de desapariciones forzadas.
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