Si hay pequeños brazos de grupos del crimen organizado de aquel país que ingresaron al departamento de Huehuetenango, admitió el titular en conferencia de prensa llamada La Ronda, desde el Palacio Nacional de la Cultura, sede del Gobierno.
A raíz de la situación originada el 8 del presente mes (cuando se dio la última incursión y enfrentamiento entre carteles), capturamos uno de ellos y se reportó un uniformado fallecido, describió el general de Brigada.
Incrementamos las operaciones militares, combinadas con la Policía Nacional Civil (PNC), y de conjunto con las autoridades de México, acotó.
De igual manera, amplió el funcionario, ellos ya replegaron un contingente de soldados en la línea fronteriza en busca evitar estos incidentes, así como también realizan reconocimientos para fortalecer y preservar la seguridad.
Días después el Instituto Nacional de Ciencias Forenses informó de ocho personas fallecidas como consecuencia del suceso, de las cuales fueron identificadas únicamente dos.
La entidad expuso que siete de las víctimas fueron localizadas en tres municipios de Huehuetenango, y uno en Tacaná, San Marcos, mientras mencionó como causas de muerte: laceración en órganos vitales, derrame sanguíneo masivo y trauma cerrado de abdomen.
El Ministerio Público y la PNC localizaron fusiles, drones, municiones, radios portátiles y explosivos, presuntamente utilizados por el cartel de Sinaloa durante la incursión, en la cual disparó contra miembros de su homólogo Chiapas-Guatemala.
Un primer enfrentamiento entre uniformados y supuestos narcotraficantes se produjo en aquella zona fronteriza (en La Mesilla, municipio La Democracia) el 8 de junio de este año.
Entonces unidades de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal de México incursionaron en este territorio centroamericano durante una persecución.
Elementos del Ejército local decidieron no intervenir, lo que llevó a la destitución de un soldado por confiabilidad en el desempeño de sus funciones y también se sancionó a otros tres militares por faltas graves.
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