En las últimas semanas, los ataques militares en la frontera con víctimas, tanto por la parte camboyana como por la tailandesa, han generado temor en torno a un deterioro de las relaciones comerciales, que afectaría al bloque regional.
Malasia en su calidad de actual presidente de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) ha intentado mediar nuevamente en el conflicto histórico con orígenes en la primera década del siglo XX y espera la cooperación de ambos gobiernos.
El presidente de la MCBA, Ricky Yaw, destacó que la estructura fundamental y el atractivo a largo plazo de la Comunidad Económica de la Asean siguen firmes.
Según puntualizó el funcionario, no se ha observado un retiro a gran escala de inversiones extranjeras en Camboya ni en la región Asean.
Las tensiones se concentran en áreas fronterizas y no han afectado operaciones comerciales en ciudades principales, comentó.
En caso de haber alguna dificultad comercial, aseguró que Malasia se posiciona como alternativa atractiva gracias a su estabilidad política, instituciones maduras y buenas relaciones bilaterales con Camboya.
Yaw anunció que la MCBA planea organizar una exposición en Camboya, el próximo año, para que empresas malasias presenten sus productos y exploren nuevas alianzas.
Camboya y Tailandia se acusan mutuamente de haber violado el alto el fuego alcanzado en Malasia, el 28 de julio, y sostienen combates a diario desde el 7 de diciembre.
El pleito combina elementos históricos no resueltos pues la frontera entre Tailandia y Camboya fue cartografiada por Francia en 1907 (época colonial), pero sigue teniendo distintas áreas sin demarcar, que han propiciado enfrentamientos a lo largo de los años.
Camboya elevó la disputa territorial a la Corte Internacional de Justicia, a inicios de junio, y justificó el acto como un intento de brindar una solución pacífica basada en el derecho internacional, en tanto, Bangkok aboga por llegar a un acuerdo de forma bilateral, sin propiciar el momento.
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