Esas acciones, declaró a Prensa Latina, constituyen medidas de presión extrema que pueden ser interpretadas “como un acto de guerra no declarada y es una acción arbitraria que desconoce abiertamente la soberanía venezolana”.
“Ese tipo de medidas responden a una lógica colonial e imperialista, orientada a apropiarse de los recursos naturales de los pueblos y a someterlos mediante la asfixia económica, tal como ocurre desde hace décadas contra Cuba”, dijo.
A tiempo de condenar la actitud belicista de Washington, la parlamentaria expresó su solidaridad con el pueblo venezolano y su rechazo a “toda forma de bloqueo, saqueo y dominación que atente contra la autodeterminación y la dignidad de nuestras naciones” latinoamericanas.
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