La idea está muerta, afirmó Orban a periodistas antes del inicio de la cumbre de la UE en Bruselas, y subrayó que la propuesta de la Comisión Europea contradice tanto el derecho comunitario como la constitución húngara.
El premier aseguró que Hungría no podría financiar a Ucrania mediante un crédito conjunto sin violar la ley, «pero tampoco lo aceptaría».
Subrayó que la prioridad debe ser «financiar la paz, no la guerra», y que su objetivo en la cumbre es avanzar en esa dirección.
Orban también pronosticó que la UE no logrará reunir los votos necesarios para aprobar la expropiación de activos rusos congelados, afirmando que existe un número suficiente de países opositores para bloquear la medida. Según él, este punto estaría efectivamente descartado de la agenda.
La postura de Hungría representa un obstáculo significativo para los esfuerzos de Bruselas por destinar 137 mil millones de euros a Kiev, enfrentándose también a las reservas expresadas por Bélgica y otros estados miembros sobre los riesgos legales y financieros de las propuestas.
Tras el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania en febrero de 2022, la UE y el Grupo de los Siete (G7) inmovilizaron activos rusos por valor de 300.000 millones de euros.
Unos 200 mil millones de euros se encuentran en la UE, básicamente en las cuentas del depositario Euroclear, uno de los principales proveedores europeos de servicios de liquidación y custodia de valores con sede en Bélgica.
El Ministerio de Exteriores de Rusia calificó de «robo» la inmovilización de estos activos y señaló que la UE apunta no solo al dinero de inversionistas particulares, sino también a los activos soberanos de Rusia.
Mientras, el titular de esta cartera, Serguéi Lavrov, advirtió con consecuencias a los países occidentales si confiscan los activos rusos y subrayó que su Gobierno responderá simétricamente con los activos occidentales congelados en Rusia.
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