En un mensaje divulgado en su cuenta de Facebook, el titular del BCS señaló que la medida no solo supone un alivio en el régimen de sanciones, sino que abre la puerta a la cooperación con agencias internacionales de calificación crediticia.

Explicó que Siria podría solicitar inicialmente una calificación soberana “en la sombra”, de carácter consultivo y no pública, como primer paso antes de avanzar hacia una evaluación oficial cuando las condiciones lo permitan.

Al-Hasriya precisó que una calificación crediticia no implica el acceso inmediato a préstamos, sino que constituye una herramienta para ofrecer una evaluación objetiva de la situación económica y financiera, reforzar la disciplina de las políticas públicas, priorizar reformas, mejorar la transparencia institucional y facilitar la cooperación con inversores y organismos internacionales.

El gobernador subrayó que el Banco Central desempeñará un papel esencial mediante el fortalecimiento de la transparencia monetaria, el suministro de datos económicos fiables y la promoción de la estabilidad financiera, elementos fundamentales para alcanzar una calificación soberana creíble.

El camino es largo, pero lo importante es comenzar. Siria probablemente iniciará con una calificación baja, algo habitual en países que salen de un conflicto. El verdadero valor radica en el estándar que fija la calificación y en la hoja de ruta que ofrece para la mejora, no en la calificación en sí, afirmó.

La denominada Ley César fue aprobada por el Congreso de Estados Unidos en diciembre de 2019 y entró en vigor en junio de 2020. El Senado estadounidense votó el 10 de octubre a favor de su derogación como parte del presupuesto del Departamento de Defensa, decisión respaldada posteriormente por la Cámara de Representantes el 10 de diciembre.

Tras la introducción de enmiendas no vinculadas a Siria, el Senado ratificó la medida hace dos días y el presidente estadounidense, Donald Trump, firmó ayer el proyecto de ley, que ya entró en vigor.

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