Al intervenir en la apertura de la sesión plenaria de la 67 Cumbre de jefes de Estado del Mercosur, en esta sureña ciudad, Lula afirmó que la unión es un ejemplo de cómo cuidar tanto la economía como a la población.
«En este momento de gran turbulencia mundial, el Mercosur da ejemplo de cómo podemos seguir ejerciendo el multilateralismo, cuidando el crecimiento de nuestras economías y mejorando la vida de las personas que representamos», manifestó.
La reunión marca el final de la presidencia temporal de Brasil del mecanismo, que pasará a Paraguay.
«Espero que tengamos seis meses de buena cosecha, buenos frutos y buenos acuerdos internacionales. Les puedo asegurar que el mundo está deseoso de llegar a acuerdos con el Mercosur, aseguró.
Y sin duda, recalcó, «podremos lograr, durante este período, los acuerdos que no se lograron durante mi presidencia».
El acuerdo se debate desde hace 26 años y busca crear una amplia zona de libre comercio entre los países de ambos bloques.
Las negociaciones concluyeron en diciembre de 2024, pero la formalización del tratado encuentra resistencia por parte de algunas naciones europeas.
Durante toda la semana, los agricultores ocuparon las calles de Bruselas, donde los líderes se reunían para discutir el pacto, para protestar.
El sector teme verse perjudicado por la flexibilización de las restricciones a la entrada de productos sudamericanos al comercio local.
Trascendió que la UE prevé firmar el acuerdo el 12 de enero, bajo la presidencia de Paraguay.
El jueves pasado, Lula habló por teléfono con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en un intento de recabar apoyo para avanzar con el acuerdo, pero ella solicitó más tiempo.
Abogó por la formalización de la medida para finales de diciembre, como un sello distintivo de la presidencia brasileña en la alianza, pero no lo logró.
Más allá del acuerdo con la UE, la agenda del bloque incluye debates sensibles. Uno de ellos es la aceptación o no de las salvaguardas aprobadas recientemente por Europa, que buscan limitar un aumento abrupto de importaciones agrícolas sudamericanas. Brasil ya manifestó preocupación por estas medidas.
En materia económica, se revisará el estado de las negociaciones comerciales con otros países y bloques, así como la posible incorporación definitiva de los sectores automotriz y azucarero al arancel externo común, actualmente excluidos.
Finalmente, figura en el temario la renovación del Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur, instrumento clave para reducir desigualdades internas.
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