El país podría fortalecerse asimismo con la miel y el cardamomo, explicó la investigadora del Centro de Estudios Agrícolas y Alimentarios, Analicia Paz, citada en un reporte del diario local Prensa Libre.

Además, añadió, tienen potencial para la exportación como bienes de alto valor agregado: bebidas, galletas y bocadillos, frutas y vegetales congelados, frutas y vegetales liofilizados, salsas e infusiones.

Los productos deshidratados constituyen una de las formas básicas de procesamiento, amplió Mynor Ordóñez, encargado del área de proyectos especiales de apoyo a la industria de alimentos en Guatemala y Centroamérica del laboratorio Inlasa.

El experto subrayó que recientemente, a través del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, capacitaron a laboratorios nacionales.

No obstante, descartó que corresponda a los pequeños productores hacer todos los análisis, sino que estos deben recibir acompañamiento y apoyo técnico para comprender los requisitos y procesos.

Un aspecto clave es lograr una integración sólida entre las cadenas productivas y las de comercialización, algo que aún no se ha alcanzado, señaló, por su parte, Paz.

Remarcó que, para responder a las exigencias del mercado internacional, se requieren cambios en el área agrícola, el manejo de la postcosecha, el control de la inocuidad y la calidad del producto final.

“La innovación y el desarrollo científico suelen surgir desde la academia, pero si el gobierno no crea condiciones y el sector privado no se involucra, es muy difícil que el sistema funcione”, concluyó la investigadora.

El fundador de Danta Chocolate Carlos Eichenberger argumentó que para un territorio como este, con baja producción, la solución es que el cacao salga transformado y con valor agregado, en lugar de como materia prima.

Esto permite que más divisas se queden en el país y que la logística sea más eficiente, aseveró el empresario.

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