Según la comunicación, esto ayudará a proteger el equipo y a las personas en futuras expediciones interplanetarias y permitirá predecir y neutralizar la amenaza de la electricidad estática para los equipos y la indumentaria en futuros vuelos a otros planetas.
«Logramos confirmar en la práctica la hipótesis de que las partículas de polvo marciano producen una descarga eléctrica que, al colisionar, genera radiaciones electromagnéticas, las cuales varían dependiendo de la carga y otras condiciones”, comentó uno de los autores del estudio, el candidato en ciencias físico-matemáticas Abdelaal Mohamad Essam Sayed.
El científico agregó que durante casi 30 años, este tipo de radiación solo se conocía en teoría, y en Marte, en una atmósfera seca, las partículas de arena, al frotarse, se electrifican fuertemente, creando chispas microscópicas.
Esas descargas, invisibles al ojo humano, generan ondas electromagnéticas y pueden dañar la electrónica sensible de los vehículos y los trajes espaciales, así como afectar la química de la atmósfera, acotó.
Para aprender a determinar las propiedades de las partículas que causan las descargas y las condiciones en las que ocurrieron a partir de las características de la señal de radio, los científicos utilizaron un enfoque de tres niveles.
Primero, en una cámara de laboratorio con flujo de aire vórtice, se estudió cómo las partículas de diferente tamaño y composición (desde arena silicatada hasta análogos del suelo marciano) generan pulsos de radio únicos.
Luego, el método se probó en condiciones lo más cercanas posibles a las de Marte: se colocó la cámara en una instalación de vacío y se llenó de dióxido de carbono a baja presión.
La etapa final fueron las pruebas de campo en la árida estepa de Kalmykia, donde se registraron descargas naturales en los flujos de polvo y se confirmaron todas las conclusiones de los experimentos de laboratorio.
El método integral creado por primera vez permite comparar directamente los datos de los experimentos de laboratorio con los obtenidos en condiciones naturales, lo que es necesario para crear sistemas de protección confiables en futuras misiones robóticas y tripuladas a Marte, la Luna y Venus.
lam/gfa





