Un comunicado de la Cancillería española demandó la revocación de esa medida de las autoridades de Tel Aviv en los términos más enérgicos.
“El Gobierno de España reitera su condena a la expansión de los asentamientos, ilegales según el derecho internacional, y a cualquier iniciativa para impedir la implementación de la solución de los dos Estados, única vía para una paz duradera en la región”, señaló la nota.
Añadió la profunda preocupación de España por la gravísima situación en Cisjordania, donde la escalada de violencia de los colonos contra la población palestina y sus medios de vida, facilitada por la impunidad, las operaciones militares, y la política expansionista del Gobierno de Israel, son claros obstáculos para la paz.
Días atrás, una ONG internacional lamentó que pese al alto el fuego y de las modestas mejoras en el acceso humanitario y la disponibilidad de alimentos, el hambre en Gaza es una amenaza a toda la población.
De acuerdo con la fuente, el 75 por ciento de la población sufre hambre aguda (fase 3 del IPC o superior), mientras que el resto se enfrenta a una privación crónica de alimentos.
La organización humanitaria Acción contra el Hambre, capítulo España, apuntó que esta situación se ve agravada por las condiciones meteorológicas extremas y los daños en las infraestructuras, con fuertes lluvias en los últimos días que devastaron los campamentos de desplazados.
Los refugios sufrieron inundaciones, y destruyeron las pertenencias básicas, dejando a muchas personas expuestas a las bajas temperaturas y a nuevas emergencias.
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