Un comunicado de esa organización internacional destaca que, en la última evacuación humanitaria, que tuvo lugar el pasado 11 de diciembre, llegaron a Roma 122 refugiados, principalmente procedentes de Sudán, Sudán del Sur y Eritrea.
Por otra parte, Italia “ha liderado las evacuaciones de emergencia desde Libia y Níger, garantizando la seguridad de los refugiados que viven en condiciones extremadamente difíciles”, señala la nota, publicada por la oficina de la Acnur en este país.
Desde 2016, una coalición de organizaciones religiosas italianas lanzó y financió el proyecto Corredores Humanitarios, para reasentar a los refugiados más vulnerables procedentes de Etiopía, Líbano, Pakistán, Türkiye, Libia, Níger e Irán, apunta el documento.
La Acnur resaltó la importancia de estas iniciativas, que ponen de relieve cómo el reasentamiento y programas similares pueden ofrecer a los refugiados vulnerables un nuevo comienzo en momentos en los que las personas se ven cada vez más desplazadas a nivel mundial y muchos solicitantes de asilo y migrantes emprenden viajes peligrosos.
Chiara Cardoletti, representante de la Acnur para Italia, la Santa Sede y San Marino, consideró que durante la última década, desde que se recibió el primer vuelo procedente del Líbano, este país “ha demostrado un fuerte liderazgo al traducir la solidaridad en acción”
“A través del reasentamiento, los corredores humanitarios, las evacuaciones de emergencia y las vías de acceso a la educación y el empleo, Italia ha proporcionado alternativas concretas a los viajes peligrosos y ha contribuido significativamente a la responsabilidad compartida a nivel mundial”, expresó Cardoletti.
En 2023, este país se convirtió en uno de los primeros en desarrollar un programa de empleo para refugiados, como parte de su sistema de movilidad laboral, en colaboración con la Acnur, mediante el cual las personas son seleccionadas y capacitadas en sus países de asilo antes de llegar a Italia con un visado de trabajo.
Estas iniciativas, implementadas en Italia por la Acnur, “demuestran cómo los compromisos compartidos se traducen en soluciones concretas para las personas obligadas a huir, en línea con los objetivos del Pacto Mundial sobre Refugiados, agrega la fuente.
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