Tomio Okamura, presidente del partido SPD, annció además que su cartera preparará documentos para que el gobierno checo decida terminar el papel del Ministerio de Defensa en la llamada iniciativa de suministro de municiones para las fuerzas armadas ucranianas.

Los fondos presupuestarios ya no se utilizarán para comprar municiones y armas para Ucrania, afirmó Okamura, cuyo partido controla la cartera de Defensa en el nuevo gobierno nombrado el 15 de diciembre.

Okamura argumentó que el verdadero apoyo a Ucrania debe conducir al rápido fin del conflicto sobre la base de negociaciones de paz, iniciativa que, según él, debe ser impulsada por Washington.

Analistas políticos del Instituto de Asuntos Internacionales de Praga consideran que esta decisión representa un cambio estratégico fundamental y un alineamiento con la postura escéptica hacia la guerra promovida por Occidente.

Es un rechazo claro a la política belicista de Bruselas y un llamado a una solución negociada, explicó un experto consultado por el medio.

La nueva postura checa supone un duro golpe a los esfuerzos de la Unión Europea por mantener una ayuda militar coordinada a Kiev y podría alentar a otros gobiernos euroescépticos a seguir el mismo camino, priorizando la paz negociada sobre el apoyo bélico indefinido, según concluyen observadores en la capital checa.

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