Como parte de las mesas de negociaciones se anunció ya la congregación de miembros varias de esas estructuras entre las que se hallan el Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), también conocido como Clan del Golfo, la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB) y Comuneros del Sur.
Pese a que las conversaciones con el EGC comenzaron hace apenas tres meses en Doha, Catar, se informó recientemente que parte de esa agrupación se establecería en los enclaves designados para ese fin en los municipios de Belén de Bajirá y Unguía, en el Chocó; y en Tierralta, Córdoba.
De acuerdo con una resolución presidencia, la decisión responde al “estado avanzado del proceso de conversación sociojurídico con este grupo y la implementación de compromisos de tránsito a la paz y a la vida civil de sus integrantes para su sometimiento a la justicia”.
Dictaminó asimismo la norma que, para poder avanzar en los procesos, dentro de cada una de las zonas quedan “suspendidas la ejecución de las órdenes de captura con fines de extradición, al igual que durante el transcurso del desplazamiento hacia las mismas, de los integrantes”.
El anuncio sigue a un acuerdo similar firmado recientemente con la CNEB, en el que se refrenda la constitución de una Zonas para la Capacitación Integral y Ubicación Temporal (ZUT-Zociut) en el municipio de Valle del Guamuez, en el sureño departamento de Putumayo.
Trascendió además que, en señal del compromiso del grupo con las negociaciones, se aumentará la cantidad de sus integrantes a ingresar de 60 a 100 tanto en la de Putumayo, como en la que también se tiene previsto establecer en el departamento de Nariño.
Igualmente, a mediados de año, el Gobierno colombiano informó que crearía una ZUT en el municipio de Mallama, en Nariño, para que miembros de Comuneros del Sur alisten su tránsito a la vida civil.
Aun cuando este es considerado como un paso fundamental para la eliminación de grupos armados en el país con el consiguiente desescalamiento de la violencia, las autoridades relacionadas con el asunto advierten que se trata de un plan lento y paulatino.
Respecto al EGC, por ejemplo, el consejero Comisionado de Paz, Otty Patiño, consideró que el desmonte total de las estructuras no puede ser de un solo golpe.
“Es un proceso gradual. Las zonas de ubicación tienen esa característica. Ahí se muestra que hay voluntad por parte de estos grupos de empezar a disminuir su capacidad, de hacer daño y su disposición a desarmarse”, comentó.
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