Desde inicios de diciembre, tal vez antes, los comercios marcaron el comienzo adelantando productos, adornos, ventas tradicionales de la época, y sobre todo, mucha pirotecnia que alumbra los cielos, llena de humo y olor a pólvora el ambiente, y sobre todo fuertes explosiones.
Aquí la Navidad se festeja con una reunión familiar el 24 de diciembre, con una cena tradicional para conmemorar el nacimiento del niño Jesús. Todo el mundo celebra.

En días recientes un lugareño comentaba que la masividad de las fiestas es resultado del incuestionable ambiente de seguridad que atrae a locales y a turistas extranjeros a lugares como el Centro Histórico capitalino que ya se acerca a los tres millones de visitantes en menos de un mes.
Allí miles de familias salvadoreñas y extranjeras disfrutan de la Villa Navideña y otras actividades en el corazón de San Salvador que se consolida como un destino turístico de primera clase luego de su revitalización, ofertas gastronómicas y culturales. Adriana Larín, directora general de la Autoridad del Centro Histórico (Aplan) detalló que la cifra de visitante se incrementó y llegan jornadas donde el caminar será un ejercicio lento y dificultoso. Todos quieren ver los árboles navideños, los desfiles, las ofertas gastronómicas.

En la plaza Gerardo Barrios se encuentran el árbol navideño y la Casa del Grinch, mientras que en la plaza Morazán está la Fábrica de Galletas, donde los niños decoran galletas junto a Mamá Claus.
En la plaza Libertad está la Casa de Santa y el mercado navideño en el que se ofrecen productos locales. Se suman la Estación del Tren, la Casa de Lula y el Desfile de los Soldaditos de la Navidad que recorre las principales calles.
Estas fiestas impulsaron que el país anticipara la llegada a los cuatro millones de turistas extranjeros, un sólido aporte a la economía local.
Por otra parte, todas las rotondas de la capital están adornadas con la tradición navideña, grandes árboles y ventas de fuegos artificiales de la época.

También destaque reciben los parques El Principito, lleno de luces y carteles, así como El Cafetalón, en Santa Tecla, La libertad Sur con su pista de hielo, parque de diversiones para grandes y chicos, y un escenario donde se presentan artistas y que esta semana acogió al Ballet Nacional con “Casca Nueces”.
Todo es jolgorio, divertimiento, algo que se replica en todo el país, y sobre todo latente la esperanza de que la economía avance en 2026 y se mantenga el ambiente de seguridad logrado por el gobierno del presidente Nayib Bukele.
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