Ecuador cierra 2025 con anuncios de crecimiento, pero con deudas

Quito, 25 dic (Prensa Latina) Ecuador se acerca hoy al fin del año 2025 con anuncios oficiales de crecimiento económico, pero con una creciente deuda pública y una desigualdad que impidieron que la mejora macroeconómica se traduzca en bienestar ciudadano.

Un análisis del economista Marco Flores advierte que el repunte del Producto Interno Bruto (PIB) respondió, en gran medida, a un rebote estadístico tras un año recesivo y no a una expansión productiva sostenida.

Según el estudio, los beneficios del crecimiento se concentraron en los hogares de mayores ingresos, mientras más del 60 por ciento de la población no logró cubrir el costo de la canasta básica familiar.

Para 2025, el Banco Central proyectó un crecimiento real de 3,8 por ciento, con una caída prevista a 1,8 por ciento en 2026, una trayectoria que no alcanza para absorber el crecimiento poblacional ni mejorar el ingreso per cápita, de acuerdo con el experto

El análisis de Flores, que fue ministro de Finanzas, señala que la economía mantiene bajos niveles de productividad, una demanda interna débil y carece de una estrategia de transformación productiva con mayor valor agregado.

A septiembre de 2025, la deuda pública llegó a 89 mil 542,9 millones de dólares, cerca del 67 por ciento del PIB, lo cual desplaza recursos que deberían ser destinados a salud, educación y seguridad.

Entre enero y octubre, el déficit fiscal superó los tres mil 100 millones de dólares, más del triple que en igual período de 2024, mientras la inversión pública se redujo y casi la mitad del presupuesto asignado no fue ejecutado.

Desde el Gobierno, en cambio, emitieron un boletín que destaca que 2025 cerró con mejores indicadores macroeconómicos, una reducción del riesgo país a poco más de 500 puntos y un incremento de las reservas internacionales, así como un aumento de las exportaciones y señales de recuperación en sectores como la construcción y la agricultura.

El Ejecutivo sostiene que estos resultados reflejan un manejo prudente de la economía, mayor confianza de los mercados y avances en protección social, empleo adecuado e inversión en infraestructura y energía.

Flores cuestiona esa lectura y señala que la mejora de variables como el riesgo país o las reservas respondió en gran medida a factores financieros y al ajuste fiscal, incluyendo una subejecución de la inversión pública, cuyo costo fue trasladado a la población.

En el mercado laboral, la media de los ingresos se ubicó en 391 dólares, con amplias brechas y una situación crítica entre los jóvenes, de los cuales solo el 32,3 por ciento accedió a un empleo adecuado.

Por otro lado, el análisis subraya que la violencia se consolidó como un factor económico central, con costos anuales estimados entre 10 mil 700 y 16 mil millones de dólares, afectando principalmente a hogares pobres y trabajadores informales.

Flores apuntó que el ajuste fiscal y el pago de la deuda se priorizaron sobre el bienestar social y advirtió que, sin cambios estructurales, el crecimiento seguirá sin reflejarse en mejoras reales para la mayoría de los ecuatorianos.

“El objetivo de la economía no es tranquilizar a los mercados, sino mejorar la calidad de vida de la población”, opinó Flores.

jha/avr

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